martes, 15 de octubre de 2013

Encirc13: Arte y Cultura en circulación.Crear y compartir en tiempos digitales

Esta semana he concluido el curso Arte y Cultura en circulación: Crear y compartir en tiempos digitales.
Es un curso muy interesante, gratuito, abierto y al que puedes acceder en cualquier momento las 24 horas del día. Te invito a que bucees en los contenidos que hemos compartido durante el curso y a la vez, conozcas herramientas digitales como storify, otra manera de contar historias a través de las redes sociales.

Os presento mi storify sobre #Encirc13:

miércoles, 2 de octubre de 2013

La pirateria: un bien común


'La pirateria: un bien común' es el titulo de la cuarta tarea del curso 'Arte y Cultura en circulación. Crear y compartir en tiempos digitales', organizado por el centro cultural Ártica, basado en el post de Jorge Gemetto 'Pirateria y circulación de cultura #encirc13'

Para realizar la tarea, me he basado en varias noticias, aunque de todas las leidas, destaco este artículo del diario La Vanguardia titulado 'Un artículo sobre la pirateria que no va a gustar a nadie'. Escrito por Alberto Vicente y Silviano Gozzer, recopila perfectamente las 10 premisas sobre la pirateria que recoge Jorge Gemetto y de las cuales, me centraré en la siguiente:

"Si un consumidor puede acceder gratuitamente a los productos culturales, dejará de gastar dinero en dichos productos. Además, dejará de valorar el trabajo y los recursos necesarios para realizar el producto y llevarlo al mercado, produciendose una desvalorización general de la cultura".

No estoy de acuerdo con este punto, ya que si fuera así, sí todos accedieramos gratuitamente a los productos culturales, no se podría crear ninguna industria. No me gusta la expresión 'todo es gratis' aunque reconozco que la piratería ha supuesto para muchos artistas y creadores un medio para trasmitir sus trabajos a diferentes estatus de la sociedad, que no habría sido posible de otra manera. Con la llegada de Internet y los avances tecnológicos, la industria cultural, y en particular, la industria musical y audiovisual (también ahora la editorial) se sienten impotentes ante tal situación de descontrol y ven como sus productos, sobrevalorado durante décadas, son accesibles a base de un click. Es necesario que las industrias culturales cambien ese chip y se busquen, como ya están surgiendo en nuevos proyectos culturales, diferentes maneras de hacer negocio con unos márgenes de beneficios sostenibles que posibiliten un cambio de mentalidad y de actitud en la sociedad ante la pirateria.